

La expresidenta permanece internada en el Sanatorio Otamendi luego de ser operada por un cuadro de apendicitis con peritonitis. Fuentes cercanas indicaron que su estado es estable y no se descarta el alta en las próximas horas.
Cristina Fernández de Kirchner continúa con una evolución favorable tras haber sido intervenida quirúrgicamente por una apendicitis con peritonitis. La expresidenta permanece internada en el Sanatorio Otamendi, en la Ciudad de Buenos Aires, donde fue operada durante la noche del sábado luego de presentar fuertes dolores abdominales.
Desde su entorno confirmaron que el estado de salud es estable. “Está bien” y “todo tranquilo”, señalaron fuentes cercanas a la exmandataria en declaraciones a Infobae. Hasta las 19.30 de este domingo, ni el sanatorio ni su equipo de comunicación difundieron un nuevo parte médico oficial.
Versiones no oficiales indicaron que podría recibir el alta este lunes y regresar a su domicilio de la calle San José 1111, en el barrio porteño de Constitución, donde cumple arresto domiciliario. Según trascendió, no se emitiría un nuevo parte hasta que se confirme o descarte esa decisión.
El traslado de Cristina Kirchner al centro de salud se produjo luego de que profesionales médicos acudieran a su vivienda para una primera evaluación y resolvieran su derivación para estudios más exhaustivos. El Sanatorio Otamendi es un establecimiento habitual de atención para la expresidenta, donde en 2021 fue sometida a una histerectomía.
Durante la tarde y noche del sábado, militantes y seguidores se concentraron frente al sanatorio para expresar su apoyo, con pancartas y banderas, entre ellas una con la consigna: “Nunca caminarás sola”.
Cristina Fernández de Kirchner, de 72 años, se encuentra bajo arresto domiciliario desde junio, tras quedar firme la condena en la causa Vialidad. Días atrás, la Corte Suprema ratificó la sentencia por defraudación al Estado, que incluye una pena de prisión, inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos, el decomiso de fondos y la obligación de portar una tobillera electrónica, medida que también fue confirmada por el máximo tribunal.