

Subieron las tasas para renovar pagos de deuda en pesos. Los títulos a tasa fija y ajustados por inflación, los más demandados.
El Gobierno superó uno de los test más difíciles del año al renovar el 96% de un mega vencimiento de deuda en pesos por $ 14,6 billones que amenazaba con sumar presión sobre el dólar. El resultado fue alentado por la baja de encajes bancarios y un incremento en ciertas tasas, en un contexto que había generado dudas respecto de la capacidad del Tesoro para refinanciar la deuda sin tensiones.Durante la subasta, el Ministerio de Economía adjudicó $13,99 billones sobre un total de $14,68 billones ofertados. Según los datos oficiales, entre los instrumentos más demandados se destacaron los bonos a tasa fija y los ajustados por inflación (CER). El BONCAP con vencimiento en febrero de 2026 fue el que mayor volumen concentró, con $ 3,7 billones adjudicados a una tasa anual del 37,55%, por encima de la inflación del 20,6% esperada en los próximos 12 meses, según el último relevamiento de mercado (REM) del BCRA.
Desde Economía destacaron la "reducción de tasas reales" respecto a la licitación anterior en el tramo CER de hasta 215 puntos básicos, la extensión de la vida promedio de la cartera y la desindexación de la cartera del Tesoro por el desarme de cobertura de instrumentos atados al tipo de cambio.
"Hubo tasas de colocación un poco más altas de lo que estaban en el secundario, con lo cual fue generoso con la tasa. El rollover estuvo cerca del 96%, que era una cosa que estaba siguiendo el mercado de cerca. Había un vencimiento relativamente abultado y casi todo con el sector privado, y una rotación hacia tasa fija e inflación", dijo Pedro Siaba Serrate, jefe de research de PPI.
En esa línea, el título ajustado por la variación de los precios vence en mayo de 2026 logró $1,19 billones con una tasa del 7,34% anual por encima de la inflación, mientras el cupón cero a octubre de 2026 adjudicó $446.824 millones al 7,79%.
En la previa, el Banco Central alivió la carga de encajes, permitiendo a los bancos integrar una mayor proporción con títulos públicos, lo que liberó recursos para ir a la licitación. Además, el Tesoro ofreció un rendimiento algo por encima del mercado secundario en varios papeles, sobre todo en los ajustados por inflación, que venían con bajo volumen negociado.
"Es interesante la cantidad de pesos que absorbieron a través de instrumentos de tasa fija, la demanda de estos activos es fundamental para el programa financiero monetario de los próximos meses. Con respecto a las colocaciones indexadas a la inflación, el tesoro dio premio porque a estos precios le conviene a Finanzas endeudarse en CER si la inflación baja como ellos esperan", dijo Lucio Garay Gómez, analista de EcoGo.
También hubo demanda por la letra TAMAR (tasa atada a los plazos fijos mayoristas) a abril de 2026, con $ 2,7 billones con un margen del 4% sobre la tasa de política monetaria. Y un interés marcado por las letras capitalizables LECAP, con plazo hasta abril de 2026, que se colocó a una tasa anual del 35,16%, y otra vigente hasta octubre de 2026, al 34,27%.
En ese marco, el economista Federico Machado valoró que el gobierno haya logrado casi el 100% del rollover. "Era una licitación muy desafiante, el gobierno tuvo la prudencia de relajar los requisitos de encajes. Yo creía que se les podía complicar, y no: pudieron rollear todo, extender plazos y mantener tasas en buenos niveles", sostuvo.La colocación fue una de las mayores. El 5 de noviembre, Finanzas había adjudicado $ 8,5 billones, y el 29 de octubre, $ 6,8 billones, por debajo de los casi $14 billones levantados este miércoles. A diferencia de esas rondas, la subasta permitió empujar vencimientos hacia 2026 y 2027, lo que mejora el perfil de amortizaciones del Tesoro.
La contracara es el mayor costo financiero en algunos instrumentos, producto del premio ofrecido para asegurar la renovación. Tras este resultado, en el cronograma de 2025 quedan solo unos pocos vencimientos remanentes y la carga fuerte se traslada a partir de 2026.



